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En los últimos 20 años la web se ha reinventado recurrentemente a si misma pasando de ser un mero expositor de contenidos estáticos a ser una verdadera plataforma de ejecución que da soporte a toda la interacción colaborativa entre los usuarios. Y es que ciertamente, el cambio no ha sido meramente tecnológico, que también, sino que se advierte una transformación igualmente relevante de carácter cultural referida a la forma en la que los usuarios perciben y consumen este medio digital. En particular, en todo este tiempo los usuarios han pasado de tener un rol meramente pasivo como meros consumidores observantes a mostrar una verdadera participación activa como contribuidores de contenido. Me gusta pensar que toda esta evolución se ha producido a lo largo de tres grandes transformaciones que dan lugar a sendas webs bien diferenciadas: la web nomádica, la web feudal y la web consumista, aquella que los usuarios vivimos hoy en dia. Y es que lo cierto es que cada etapa de este recorrido históricotiene sus condiciones y sus principios fundacionales. Ser conocedores de estos aspectos es especialmente relevante para los técnicos y profesionales que creamos soluciones sobre las arquitecturas de canales digitales que proporciona la web y, si queremos ser buenos asesores de nuestros clientes, tendremos que conocer bien este relato y los principios asociados. Porque los usuarios siempre estarán donde quieran estar y no donde les pidamos que estén.
Resultaría largo y elaborado hacer un análisis causal de por qué en los últimos años se ha producido unatransformación cultural verdaderamente dramática dentro de nuestra profesión. Sin la intención de hacerjuicios de valor sobre este hecho, lo cierto es que los profesionales del sector tienen, buscan y pretenden hoy en dia un plan de carrera horizontal frente a los clásicos movimientos de ascenso vertical sobre las asfixiantes pirámides corporativas. Los valores cambian y con movimientos sociales como el de la gran renuncia se prefieren factores de progreso profesional relativos al tipo de proyecto, el ambiente laboral, el tipo de corporación, el teletrabajo y la conciliación familiar frente a los factores convencionales de promoción basado en una nómina más abultada y un job position más largo y rimbombante.Este hecho sin embargo, contrasta de forma notable con la necesidad que tiene el mercado de absorber posiciones de liderazgo tecnológico y estratégico que requieren de habilidades difícilmente adquiribles a través de modelos de desarrollo horizontal. Si te pasas toda una vida clavando tachuelas a las suelasde los zapatos a buen seguro te convertirás en el mejor zapatero remendón pero será complicado que seascapaz de adquirir habilidades sobre diseño de calzado moderno. En este sentido, cada vez se advierte unamayor brecha entre perfiles centrados en el desarrollo con posicionamiento en el conocimiento tecnológico de un montón de siglas y perfiles de dirección arquitectónica y estratégica que requieren otrotipo de conocimientos, habilidades, valores e inquietudes. Estará por descubrir cómo impactarán estas diferencias en el futuro de nuestra profesión y como podremos hacer frente a las mismas.
La responsabilidad de la arquitectura como disciplina en general, y la labor de los arquitectos en particular, ha sido siempre un punto de encendida controversia dentro de la profesión. Qué es exactamente un arquitecto, cuáles son sus responsabilidades, qué tipo de conocimiento le abala, dónde residen sus puntos de contribución en el marco de un producto y cuándo debe aportar valor dentro de un proyecto son preguntas recurrentes. Este espacio de encendido debate probablemente sea debido al hecho de que la labor de la arquitectura es tan amplia como multidisciplinar. Los arquitectos son responsables de velar por el cumplimiento de principios sobre el desarrollo del código, trabajar desde las trincheras en el diseño y construcción de modelos de solución de productos digitales, elaborar soluciones relativas a la integración o construcción compositiva de productos, idear arquitecturas de referencia, marcos de actuación, directrices, patrones de diseño y buenas prácticas o elaborar la arquitectura empresarial definiendo modelos de madurez, hojas de ruta y procesos de transformación digital. Y por si esto fuera poco, los cambios de transformación cultural que de la mano de las metodologías ágiles se han venido promoviendo en los últimos años han promovido una reconceptualización en la que la arquitectura deja de estar concentrada en un rol específico para ser una habilidad transversal que con frecuencia debe difundirse y cultivarse entre todos los miembros de cada equipo de trabajo.
Las tecnologías de componentes web son una realidad que ha llegado a nuestros días. Hoy por hoy todoslos frameworks de mercado y todos los profesionales que desarrollan productos digitales sobre la web hacen uso de este tipo de soluciones para encapsular modelos de interacción sobre la base de contenidos visuales. Sin embargo, el cambio paradigmático no está tanto en aspectos tecnológicos como pareciera pensar inicialmente, sino más bien en consideraciones de carácter metodológico. Y es que lo verdaderamente importante es crear catálogos de componentes bien formados que den respuesta precisa y adecuada a cadauna de las necesidades de interacción que surgen en el marco de las soluciones web. Construir catálogosignifica dejar de pensar en producto para pensar en dominio, dejar de operar desde la descomposiciónmodularidad para construir en base a la reutilización compositiva, y dejar de pensar en desarrollo de componentes locales a proyecto para crear un verdadero lenguaje de composición declarativo que deforma a toda una superficie visual funcional y sin fisuras experienciales. Conocer los principios fundacionales del paradigma de componentes, la estructura anatómica y contractual de los mismos y lasetapas del proceso metodológico de construcción de catálogos es punto clave para la obtención de éxito en este tipo de iniciativas.